El Grito Infinito

llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones

Feliz 2009

Publicado por Álvaro en el 31.12.08


      Espero que el 2009 sea propicio para ustedes, y para mí (qué coño), porque está claro que para los miserables del planeta no hay esperanzas que valgan. En vez de confeti, sobre Gaza vuelan los misiles; en vez de uvas, los palestinos comen balas. El genocidio continúa y queda claro una vez más, como si a estas alturas hubiera alguna duda, que el objetivo de los políticos no es alcanzar la paz y el bienestar. No, nunca lo ha sido y nunca lo será. Obama calla como una puta. No hay caretas que valgan, ni elecciones que valgan, ni discursos que valgan. La política es humo, pero no cualquier humo: gas metano cenagal.

      El mundo lo gobierna el dinero y el consumo. Por lo tanto, en vez de mandar cartas a los políticos y a los medios de comunicación (como si fueran cosas diferentes), propongo que dejen de comprar productos israelíes. Su poder de decisión sobre su consumo vale mucho más (muchísimo más) que su poder de voto. Boicot a los productos de los genocidas israelíes.

      Feliz 2009 y que sea lo que dios quiera. Bueno, dios no; lo que quiera algún otro.

"Historia, Civilización y Progreso", de Murray Bookchin

Publicado por Álvaro en , el 24.12.08


Historia, Civilización y Progreso
(Esbozo para una crítica del relativismo moderno)

Murray Bookchin


     Esta obra es, como indica su subtítulo, poco más que un esbozo. Pero un esbozo de algo muy importante. Escrito por el ¿famoso? ecologista social Murray Bookchin y publicado en la revista Green Perspectives (aunque no trata sobre ecología), encontramos en él una pregunta recurrente: ¿tiene sentido la Historia? ¿El ser humano va hacia alguna parte o tan sólo ha ido pegando tumbos sin sentido desde que salió de las cavernas? ¿Existe el Progreso, la Civilización es beneficiosa?

     Bookchin está convencido, en efecto, de que existe una cierta linealidad en la Historia, y que en cada generación nos vamos acercando más y más a vivir en una sociedad en la que existan plenamente "la libertad, la conciencia de sí mismo y la cooperación" (a pesar de las regresiones temporales). Para ello ofrece ejemplos de esta tendencia lineal de la Historia (por ejemplo, la evolución similar de las civilizaciones mesopotámicas y mesocéntricas a pesar de su aislamiento), pero sobre todo se dedica a cargar las tintas contra los relativistas, postmodernistas y neoprimitivistas. ¿Alguna vez te has sentido frustrado cuando alguien te ha dicho que "todo es relativo"? A mí personalmente me han llegado a argumentar que el canibalismo no es objetivamente perverso porque algunas culturas lo practican o practicaban. Bookchin no se corta lo más mínimo al culpar a los relativistas de una cierta degradación moral e intelectual actual, y defiende a capa y espada la existencia de ciertos principios morales objetivos y racionales.
En la teoría actual, una serie de acontecimientos reemplazan a la Historia, el relativismo cultural reemplaza a la Civilización y un pesimismo básico reemplaza a una confianza en la posibilidad de Progreso. Lo que es más siniestro, la fabricación de mitos (mitopoyesis) reemplaza a la razón y la utopía pesimista al proyecto de una sociedad racional. Lo que está en juego en todos estos desplazamientos es una regresión intelectual y práctica de proporciones espantosas (un desarrollo especialmente alarmante hoy día, cuando la claridad teórica es absolutamente necesaria). Lo que nuestra época requiere es un social-análisis que exija un movimiento revolucionario y popular, y no un psico-análisis que produzca fariseos repudios para "bellas almas", ideológicamente ataviadas con un velo de virtud personal.

     La visión de Bookchin es, pues, esperanzadora (doblemente admirable al ponerla por escrito a los 73 años), pero no utópica: cree que la Historia avanza positivamente y que tiene un objetivo (básicamente, la libertad), pero no está tan seguro de que se llegue a implementar todo su potencial alguna vez.
El panorama de barbarie al que hacemos frente hoy puede diferir en forma de aquel al que se enfrentaron los marxistas revolucionarios hace dos generaciones, pero no es diferente en especie. El futuro de la Civilización está todavía en la balanza y el recuerdo de visiones emancipadoras alternativas al capitalismo se está tornando más pálido con cada generación.

Chuleta #2: La energía nuclear

Publicado por Álvaro en , el 18.12.08


      Tema polémico donde los haya: la energía nuclear. Conforme más se conoce entre la población y los medios el cenit del petróleo (porque la élite lo conoce, pueden estar seguros), más se vuelve a hablar de la energía nuclear como una alternativa que nos saque del agujero.

      Éste es un tema inconmensurable si nos andamos por las ramas. Hay tantas pegas con esto de la energía de fisión que incluso se ha publicado un libro enumerándolas (lo recomiendo). El incoveniente más conocido y popular es el de los residuos. Mucha gente se soprendería al conocer que es sólo uno de los muchos problemas; hay que añadir el inmenso coste de las centrales (dándose el caso de que el Estado es el único que puede pagar la central, pero una empresa privada se lleva los beneficios), el hecho de que sólo produzcan electricidad (una forma de energía marginal en términos relativos), el gran riesgo de ataques y robos terroristas, la proliferación de armas nucleares, y tantos otros que vienen perfectamente recogidos en el libro de Marcel Coderch. Pero hay una pega que no se escucha habitualmente, y que paradójicamente es la más importante. Así pues, la chuleta antinuclear es la siguiente:


¿POR QUÉ LA ENERGÍA NUCLEAR NO ES UNA ALTERNATIVA A LOS COMBUSTIBLES FÓSILES EN DECLIVE?

La energía nuclear no es renovable; si comenzásemos a construir centrales como para compensar vagamente el declive de los fósiles, el cenit del uranio llegaría en pocos años. La mastodóntica inversión en infraestructuras no serviría de nada, porque sencillamente no hay uranio suficiente en el mundo.


      Tan simple como eso. No hay que detenerse en debatir si la energía nuclear es segura o insegura, cara o barata. La geología nos dice que no es una alternativa.

Chuleta #1: Anarcocapitalismo

Publicado por Álvaro en , el 18.12.08


      A menudo nos ocurre que en discusiones con otras personas, bien por Internet o bien en la vida real, nos frustramos no siendo capaces de refutar un argumento estúpido. Sabemos perfectamente que lo que está diciendo la otra persona no tiene sentido, sabemos que es un cúmulo de estupideces, pero no somos capaces de hallar la fórmula mágica que nos dé la razón.

      A partir de ahora, bajo el título de Chuletas iré recopilando una serie de frases que pueden sentenciar una conversación, ya que son irrefutables. Agárrense a ellas como un clavo ardiendo.

   Primera parada: el anarcocapitalismo, también llamado anarcoliberalismo. En Internet tienen toneladas de información al respecto, así que lo resumiré diciendo que un anarcocapitalista es aquel que cree que se debería mantener el capitalismo pero aboliendo el Estado, ya que es una fuente de distorsión del infalible libre mercado. Es una teoría no muy extendida en Europa, pero bien asentada en EE.UU., donde cuenta incluso con un partido político, el Partido Libertario. Se pueden argumentar miles de cosas en contra de esta (en mi opinión) descabellada teoría, pero la chuleta es ésta:


¿CÓMO DESMONTAR LOS ARGUMENTOS DE UN ANARCOCAPITALISTA?

La acumulación de capital en las manos de algunos individuos, base fundamental del capitalismo y sin el cual no se concibe, origina que esos individuos adquieran poder sobre la sociedad y sus semejantes; por lo tanto, esta teoría supuestamente anarquista y supuestamente libertaria lleva implícita la jerarquía y la opresión en sus mismos postulados. La contradicción, pues, es objetiva e insalvable.

Mis primeros siete meses como vegetariano

Publicado por Álvaro en , , el 9.12.08


    Hoy se cumplen mis primeros siete meses como ovolactovegetariano. Sí, ya sé que los siete meses no son una celebración típica, pero no se me ocurrió hacerlo a los seis meses y no tengo paciencia para esperar hasta cumplir un año. Por mi mente siempre había rondado el amor por los animales y la vaga simpatía por el vegetarianismo; de pequeño quería ser veterinario (hasta que me dí cuenta de que me resultan insoportable la sangre y las vísceras), y de adolescente se me cruzó por la mente un par de veces la idea de volverme vegetariano, pero fugazmente. Desde hace un par de años, esta idea se hizo más y más recurrente, más machacona. Comencé a reducir el consumo de carne progresivamente, pero sin dar el gran salto en ninguna ocasión. Necesitaba un estímulo definitivo. Y ese estímulo llegó en forma de documental. Fui a la filmoteca a verlo, solo, en una sala con pocos espectadores. Fue una experiencia absolutamente catártica, purificadora, cruel y psicológicamente peligrosa. Fue una tortura insoportable, pero salí de ahí completamente renovado. Salí convertido, literalmente, en otra persona. Alguien que había dejado atrás el mundo disociado en el que los efectos de nuestro consumo están enterrados bajo la alfombra, en el que no es visible la relación causa-efecto. Salí de ahí siendo consciente de las consecuencias de nuestros actos.

      Recordemos brevemente las razones para ser vegetariano: evitar la tortura sistemática de cientos de millones de animales enfermos y enjaulados, ahorrar recursos naturales (la ganadería es un sumidero de recursos, ya que por ejemplo para conseguir un kilo de cerdo se necesitan 3'54 kilos de maíz), ser más ecológico (por ejemplo, los pedos de las vacas contribuyen considerablemente al cambio climático, por surrealista que parezca), decrecer en el consumo y ahorrar dinero (la agricultura es más sencilla y barata que la ganadería), mejorar la salud, coherencia con mis ideales libertarios...

      ¿Ha sido fácil o ha sido difícil? Bien, desglosaré mi experiencia por puntos, que son mucho más fáciles de leer y más amenos.
  • FAMILIA. En un primer momento mis padres no me apoyaron en absoluto, creían que iba a enfermar y morir en pocos años. Esto me hubiera importado poco de no ser porque, gracias a la burbuja inmobiliaria, vivo con ellos y tengo que comer lo que mi madre cocine, al menos al mediodía. Además, al convivir con ellos, el machacamiento psicológico al que me sometieron fue considerable. Éste ha sido sin duda el mayor problema al que me he enfrentado: conseguir que comprendieran que dejar de comer carne y pescado no sólo no es malo, sino que es beneficioso para la salud si se hace sabiamente. Finalmente lo han aceptado a regañadientes, pero ha sido toda una odisea. El punto de inflexión tuvo lugar cuando les leí casi íntegro el artículo de la Wikipedia sobre nutrición vegetariana; no obstante puedo estar seguro de que en Nochebuena voy a tener que comer un poco de carne para quedar bien, bajo pena de ostracismo familiar por raro.

  • AMIGOS. A diferencia de mis padres, los amigos y conocidos no se preocuparon por mi salud sino por la pérdida del placer de comer carne. Curioso, aunque previsible. Éste tipo de presión social absurda (del tipo "¡come un poco de jamón, que está buenísimo y no es carne!") no me importa en absoluto, la he manejado mucho mejor que la familiar.

  • PLACER. No he echado de menos la carne y el pescado en absoluto. Ni lo más mínimo, por increíble y falso que pueda sonar. Por ejemplo, soy incapaz de dejar por completo los dulces, la Coca-Cola, u otros alimentos dañinos. Sin embargo, no he sentido la más mínima nostalgia por la carne; lo digo completamente en serio. Supongo que puede deberse a que gracias al cambio de dieta he descubierto nuevos platos, nuevos sabores, nuevos ingredientes. He ampliado considerablemente los límites de los anodinos platos tradicionales gracias a las páginas web de recetas vegetarianas que podéis encontrar en los enlaces del blog.

  • SALUD. No sólo no me he vuelto anémico ni me han salido ojeras, sino que me encuentro muchísimo mejor que antes. Este cambio lo he notado en las últimas semanas de forma brutal. Tengo más energía y menos pesadez en la cabeza y el estómago. He perdido peso y estoy más fuerte (esto lo noto clarísimamente al pedalear en la bici estática).

  • NUTRICIÓN. No pretendo poner ahora a dar una explicación sobre nutrición vegetariana (aquí podéis leerlo con tranquilidad), pero básicamente se resume en: si eres ovolactovegetariano, tranquilízate. Las carencias que va a tener tu dieta, de tenerlas, van a ser ínfimas, insignificantes. Simplemente tienes que procurar llevar una dieta variada y respetar la pirámide de los alimentos (aquí tenéis la versión vegetariana). Pero vamos, sin obsesionarse: el queso y los huevos te aportan todas esas míticas proteínas de las que carecen los pobres vegetarianos. En el caso de los veganos, que no consumen nada que provenga de un animal (mi próximo objetivo), hay que llevar un poco más de cuidado. Pero, de nuevo, no hay ningún problema ni hay que tomar ninguna pastilla (necesariamente).

  • DISPONIBILIDAD DE LOS ALIMENTOS. Por último, comentaré un hecho que me parece importante: soy incapaz de localizar algunos de los ingredientes que se utilizan habitualmente en las recetas vegetarianas: tofu, seitán, queso vegano, patés vegetales, harina de garbanzo... Cosas de vivir en una provincia periférica. Otro aspecto importante a destacar sobre la disponibilidad de alimentos es el próximo descenso del transporte de mercancías como consecuencia del cénit del petróleo. ¿Podrán llegar a los supermercados de mi ciudad, en los próximos años, toda la variedad de vegetales y frutas que me permiten prescindir de la carne y el pescado? Bueno, creo que lo único que se puede hacer es esperar y ver qué pasa.
      En conjunto, pues, la experiencia está siendo positiva. Próxima parada: el veganismo.

El 11-S fue culpa de los aliens judíos del Club Bilderberg

Publicado por Álvaro en , el 1.12.08


      Aprovechando este estupendo artículo de A Las Barricadas, voy a dar rienda suelta a una de mis fobias: las teorías conspirativas

      Como ustedes ya deberían saber a estas alturas, el 11-S fue un trabajo interno a cargo de Bush, que puso a la CIA al servicio del Mossad, mientras los Illuminati y los masones dejaban a un lado el Área 51 para conformar a placer el Nuevo Orden Mundial. Quizás no sepan que los aviones fueron pilotados por duplicados judíos de JFK a partir del ADN que guardó la CIA en Tel-Aviv, donde por cierto también se rodaron las imágenes de la llegada a la Luna. A partir de ese ADN también pudieron fabricar el SIDA y el ébola: después de todo, el asesinato de JFK ha sido la más prolífica de todas las conspiraciones. Todo este proceso fue financiado íntegramente con ameros, no hace falta ni que lo diga.

      Dios, cómo me toca los cojones toda esta mierda.
     
      Y me los toca por una razón muy sencilla: todas estas fantasías desacreditan fuertemente a una izquierda que, desprovista de motivación y mundialmente marginada, gira su atención hacia argumentos imposibles y chifladuras varias. El problema se agrava cuando incluso desde medios alternativos serios se da cancha a estas teorías, arrastrando a más y más izquierdistas en todo el mundo. Cuando hablo con alguien sobre ciertos temas peliagudos, como la crisis energética o Irán, inmediatamente soy conminado a dar mi opinión sobre el 11-S. Es un tema que vuelve y vuelve, cansinamente, para desacreditar al más pintado.

      ¿Quién está detrás del 11-S? Voy a daros una respuesta que puede sorprenderos: no me importa lo más mínimo, y tampoco os debería importar a vosotros. Vale, eso fue muy provocativo, lo explicaré.

      Cada día mueren miles de personas en todo el mundo por guerras gratuitas que obedecen a intereses de una determinada élite, por políticas económicas imperialistas genocidas que obeceden a intereses de una determinada élite, por conflictos que no hallan resolución porque no interesa a una determinada élite. No hace falta que dé ejemplos, espero, de todas estas atrocidades que se llevan a cabo diriamente, repito, bajo la pasividad absoluta de aquello que llaman la comunidad internacional. La propia estructura de las relaciones internacionales es un agente genocida: permite la especulación de alimentos, pisa el cuello de la mitad del planeta con la bota de la deuda externa, explota los recursos y las personas de manera criminal, permite la creación de dinero virtual y ganancias ficticias que serán utilizadas para hundir un poco más la bota en el cuello de algunos países, contamina sistemáticamente y destruye ecosistemas con impunidad y palmaditas en la espalda...

      Ante eso, ¿por qué detenerse con los pocos muertos (en comparación) del 11-S? Cada día muere tanta gente o más a causa de enfermedades fácilmente curables y desnutrición en zonas perfectamente cultivables. ¿Cada cuánto muere la misma gente en Iraq?

      Os diré cuál es la diferencia: en ese caso, las víctimas fueron hombres de negocios blancos, de buena familia. Sí, amigos, la obsesión con el 11-S es profundamente racista y clasista, puesto que considera que la muerte de unos cuantos blancos adinerados hay que investigarla hasta las últimas consecuencias, durante años, mientras que si mañana hubiera una incursión de EEUU en una aldea de Afganistán que matase a 100 personas inocentes, a nadie le importaría lo más mínimo, ni siquiera a la izquierda. Quedaría como una noticia más, dispersada entre el montón.

      Alguien podría argumentar que lo importante del 11-S es que fuera utilizado como excusa para la guerra de Iraq. ¿Y? ¿A quién sorprendería eso a estas alturas? El gobierno de los EEUU ha hecho siempre lo que le ha dado la real gana para mantener sus intereses. No ha dudado en invadir, extorsionar, bloquear, chantajear, robar, asesinar, destronar y entronizar a lo largo de siglos, el 11-S sería sólo uno más de toda esa retahíla de actos criminales. ¿Qué esperan los obsesos del 11-S, que demostrando que fue un trabajo interno todo el mundo se escandalice y vuelva la espalda al Imperio? ¿Por qué no trabajar en sacar a la luz toda la mierda que ya es pública y está demostrada, y que es suficiente para pasar por la horca a todos sus presidentes desde la II Guerra Mundial?

      Y ésta es, finalmente, mi crítica en general a todas las teorías de la conspiración: ya hay suficiente mierda ahí fuera para leer durante toda una vida, documentada y probada de sobra, como para perder el tiempo intentando averiguar no sé qué alianzas conspirativas a cuál más espeluznante y fantástica. Puede que algunas de estas teorías tengan algo de verdad (sólo digo que puede), puede que a JFK lo matara otra persona, puede que en el 11-S intervinieran más factores aparte de los islamistas, puede que en el Club Bilderberg se jueguen la riqueza de las naciones a los dados. Sólo puede. Pero si hay algo sucio en estos asuntos (cosa improbable, al artículo de A Las Barricadas me remito), ningún friki de Internet va a descubrirlo jamás, mientras que cientos de asuntos gravísimos y muy palpables se dejan caer en el olvido por ser mucho más mundanos y carecer de ese encanto de lo desconocido.

      Y es que, al fin y al cabo, es mucho más fácil ver un vídeo de Youtube sobre los chemtrails y así creerse inteligente y alternativo, que leerse un libro entero de teoría y crítica económica y conocer las causas históricas de la miseria mundial.


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